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Bodega y Viñedos Bruneo

Desde 2016 en el Parque Natural de Arribes del Duero.
BRUNEO, nace de una pasión por recuperar variedades de uva muy escasas y únicas en el Parque Natural de Arribes del Duero.
Estas uvas son las de las variedades Bruñal, Juan García y Malvasía de Arribes, que nacen en cepas viejas de entre 70 y 120 años arraigadas en bancales soleados de suelos graníticos en el entorno del cañón fluvial del río Duero. Elaboramos vinos exclusivos siguiendo métodos tradicionales y criterios de cultivo ecológico. Queremos distinguirnos de los estándares vitivinícolas potenciando la tipicidad y singularidad de la comarca y elaborando lo más artesanal posible nuestros vinos para conseguir ediciones muy limitadas en la producción de botellas con tres referencias diferentes: Bruneo Bruñal, Bruneo Juan García y Bruneo Malvasía.
Nuestra misión consiste en crear unos vinos 100% ecológicos de alta calidad cumpliendo así con un objetivo muy importante: la sostenibilidad agroambiental. Asimismo, queremos crear una visión nueva sobre la “España olvidada”, una percepción que sea lo más atractiva posible para potenciar el crecimiento de estas zonas despobladas de nuestro territorio nacional.

PARQUE NATURAL DE ARRIBES DEL DUERO.
En el oeste de Zamora y Salamanca, donde el Duero se hace frontera con Portugal, el río se encajona formando los cañones más profundos y extensos de toda la Península Ibérica durante casi 200 kilómetros. Aquí se localiza el Parque Natural de Arribes del Duero, un espacio privilegiado en el que destaca la belleza agreste de su paisaje granítico y una rica y variada fauna y flora. En 2015 fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera.
El valle que forma el río es un resguardo natural que disfruta de temperaturas más tibias que la Meseta Castellana por lo que posee un microclima que permite el cultivo de viñedos de frontera con Portugal.



FERMOSELLE (ZAMORA).
Junto a la frontera portuguesa, en lo alto entre los ríos Tormes y Duero, se encuentra la villa de Fermoselle, capital de la comarca de Arribes del Duero, famosa por su arquitectura de aire medieval y sus más de mil antiguas bodegas subterráneas excavadas y mimetizadas en la montaña granítica. Esta localidad zamorana con personalidad propia se ha hecho merecedora de la declaración en 1974 de Conjunto Histórico y Artístico.
Este territorio de la DO Arribes cuenta con una amplia tradición vitivinícola, si bien su existencia no se documenta hasta la Edad Media, como en la mayor parte de la Meseta. Los primeros textos encontrados datan del siglo XIII cuando el Concejo de Zamora impide la venta de vinos de Fermoselle en la ciudad para evitar el perjuicio que eso suponía a sus propios vinos.
Las bodegas y galerías subterráneas en Fermoselle, que albergan siglos de historia enológica, se comunican unas con otras de forma laberíntica recorriendo todo el subsuelo de la villa. Actualmente permanecen como espacios vivos que hablan de la elaboración y la preservación del vino en su concepto más clásico. En ellas los habitantes de esta villa elaboraban su propio vino desde tiempos ancestrales.

LAS VIÑAS Y EL TERROIR.
Nuestros viñedos se sitúan entre bancales y paredones que se asoman al Duero, y se enraízan en la tierra manteniendo su porte erguido. Los suelos poco profundos, con presencia de granitos y pizarras blandas, producen un perfecto drenaje, acumulándose la humedad con las lluvias estacionales y manteniéndola en las épocas de sequía. La presencia de estos minerales también actúa como regulador térmico puesto que acumulan el calor durante el día y lo desprenden gradualmente por la noche. Por ello, en nuestras cepas viejas podemos emplear los métodos tradicionales del cultivo de la vid de secano con el aprovechamiento al máximo de las aguas pluviales estacionales. El laboreo tradicional en ecológico permite airear el suelo, mantener su humedad y aumentar su permeabilidad. Este suelo se mantiene también “vivo” gracias a los beneficios de los insectos cuya labor silenciosa hace que sea más resistente a la compactación y que esté más protegido frente a la erosión.

LA BODEGA.
La crianza de los vinos se realiza en barricas de roble francés y dentro de nuestra bodega histórica en la villa de Fermoselle. En este espacio se mantienen unas temperaturas constantes de 14 grados y una humedad óptima para su maduración. Tanto las zonas de elaboración como las de fermentación permanecen en lugares que hablan de la historia vitivinícola en su concepto más clásico.
La bodega histórica subsiste como ejemplo de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. El aislamiento térmico natural es y perdurará como modelo de eficiencia energética. La bodega está creada para una renovación del sistema del aire natural que favorece la ventilación. Para nosotros esta enseñanza ancestral ha supuesto un modelo a seguir para tomar conciencia de la importancia de llevar a cabo acciones concretas para aliviar el cambio climático.

INICIO E HISTORIA Y VARIEDADES DE BRUNEO.
El nombre de BRUNEO viene dado por la uva utilizada en la elaboración de nuestro primer tinto y buque insignia que nació en 2017, la bruñal, cuyo color es de un negro-azulado muy oscuro. El adjetivo de color “brunus” estaba plenamente arraigado en el latín altomedieval y se adaptó en su evolución al castellano a esta variedad tinta exclusiva del Parque Natural de Arribes del Duero.

VARIEDADES

1. VARIEDAD BRUÑAL
La uva bruñal, única en el mundo, está enmarcada en la DO Arribes situada en el oeste de las provincias de Zamora y Salamanca y limítrofe con Portugal a través del Duero. Se trata de una variedad extremadamente escasa, de la que no se han encontrado muchos datos sobre su origen, localizada en cepas de viñedos antiguos en esta región vitivinícola. En torno a 1880 estuvo a punto de extinguirse tras la llegada de la filoxera por la cuenca del Duero y a medida que otras variedades se hacían más habituales, pues se dieron soluciones para la sustitución de vides autóctonas por otras americanas injertadas, prácticamente se dio por desaparecida.
Sin embargo, a principios del siglo pasado se empezó un proceso de recuperación con la plantación de cepas de bruñal con lo que se evitó su completa extinción. La mayoría de las cepas que se conservan en la actualidad son más que centenarias lo cual se transmite en los vinos que se elaboran con la variedad Bruñal.
Nuestra uva Bruñal muestra un potencial de calidad elevado, puesto que desarrolla una gran capacidad de maduración, con el consecuente mantenimiento del nivel de acidez, concentración polifenólica e intensidad aromática afrutada.
Presenta una riqueza notable en azúcares muy equilibrada.
El comportamiento agronómico, junto con el enológico favorece su larga crianza en madera de roble francés y en botella. Es una variedad de vigor medio-alto y de bajo rendimiento. El racimo es pequeño y apretado, con frutos pequeños, esféricos y con piel dura de color azul-negro. Nos proporciona un vino con cuerpo, con una acidez y dulzura equilibrada, con taninos espesos, pero no vegetales, dada su escasa producción.

2. VARIEDAD JUAN GARCÍA
No se han encontrado registros bibliográficos que nos indiquen el origen del nombre propio “Juan García” para la denominación de esta tinta, pero sí disponemos de testimonios de una antigua variedad portuguesa llamada “Joan Garçía” de características similares a su vecina ribereña española.
La uva, autóctona de la comarca de Arribes del Duero, también ha sido víctima de la falta de relevo generacional en el campo y por eso hallamos muchas cepas olvidadas en extensas zonas de viñas viejas. Esta variedad también está enmarcada en la DO Arribes como la variedad bruñal.
Las cepas que encontramos en el Parque Natural de Arribes del Duero crecen sobre suelos graníticos y, debido a la gran proporción de mica y cuarzo, se convierten en una suerte de espejo que refleja la luz solar alumbrando estos racimos tan delicados y únicos. Este auténtico reducto varietal le confiere a nuestro Bruneo Juan García una personalidad claramente diferenciada con respecto a los estándares mayoritarios en otros vinos.
Bruneo Juan García se elabora con una selección de esta variedad dando como resultado un tinto fresco, con toques de fruta del bosque, recuerdos minerales, regaliz y un tueste muy característico del roble francés. Destaca su color rojo picota con matices morados, estable, limpio y brillante. En boca tiene un trago largo y goloso conteniendo toda la carga frutal en equilibrio con los tostados.

3. VARIEDAD MALVASÍA DE ARRIBES.
El término “malvasía” se refiere a una familia de variedades originarias del área mediterránea. En concreto la malvasía blanca es una clase de vid de procedencia griega, posiblemente de la isla de Creta y se ha cultivado en abundancia por todo el Mediterráneo. Su llegada a la Península Ibérica se evidencia a principios del siglo XIV de la mano de comerciantes genoveses, mallorquines, catalanes y venecianos, aunque su cultivo e importancia agrícola no ocurre hasta más adelante.
Los viñedos que crecen en Arribes del Duero son muy reconocidos por sus especiales características. Esta variedad acepta muy bien los terrenos poco profundos y bien drenados con presencia de granitos y pizarras blandas, donde se introducen las raíces de las viñas que llegan a alcanzar unas considerables dimensiones en su crecimiento.
Nuestras cepas tienen más de 70 años y se distribuyen en pequeños pagos en la localidad de Fermoselle.
Obtenemos unos vinos blancos frescos y ligeros, con aromas frutales, recuerdos cítricos y salinos, exquisito paladar y retrogusto untuoso y prolongado.
Nuestra bodega en Fermoselle, Zamora

Nuestra bodega histórica se rehabilitó en 2019 siguiendo criterios de Conservación de Bienes Artísticos y Culturales.
Al entrar nos asombra la altura de la primera estancia. Las grutas fueron horadadas con herramientas toscas de las que pueden verse las marcas, como el mazo y el cincel. La gran altura de la estancia principal con forma de bóveda sugiere la intención de crear algo bello. Estas marcas dejadas por las herramientas utilizadas han permitido datar la antigüedad del habitáculo en más de 500 años. Los enormes arcos de medio punto construidos en granito sin argamasa nos recuerdan a las estructuras romanas que parecen desafiar a la gravedad. También se aprecian arcos en las que no se requiere ningún tipo de refuerzo ya que han sido tallados literalmente dentro de una roca granítica de gran dureza.
Entre sus singularidades históricas destaca uno de sus dos aljibes: contiene siete escalones lo que apunta al pasado sefardita en el lugar histórico de Fermoselle. Los siete escalones se construyeron muy probablemente para acceder a las “aguas vivas” de la Mikve, un lugar para las ceremonias de los ritos de purificación de los judíos. Talladas en las paredes también podemos encontrar hornacinas que en su día podían contener algún objeto ceremonial. Durante el proceso de restauración de la bodega también se descubrió tallada en un sillar de la entrada lo que los estudiosos del pasado criptojudío consideran una hannuka (candelabro judío) invertida. Los nueve brazos del candelabro figuran representados en la parte inferior del sillar y tienen forma semicircular, La base de la hannuka arranca del brazo central del candelabro y tiene como soporte simbólico dos signos en forma de cruz.